El Agrocafé AlVelAl ha contado con un numeroso público que ha asistido a las instalaciones de Frusemur

La asociación AlVelAl ha celebrado un nuevo Agrocafé AlVelAl, ha sido Bullas el municipio que ha acogido estos encuentros para agricultores. En concreto, se han celebrado en las instalaciones de Frusemur, cooperativa que ha abierto sus puertas para conocer de la mano de agricultores su experiencia con la agricultura regenerativa.
Cati Casanova, del equipo de coordinación de AlVelAl, ha sido la encargada de presentar esta jornada de transmisión de experiencias en la que han participado Manuel Martínez, agricultor de El Contador; Miguel Martínez, agricultor que cuenta con una finca en Entredicho; Miguel Ángel Gómez, agricultor y asesor técnico de AlVelAl, con finca en la comarca de Guadix; y Alfonso Chico de Guzmán, presidente de AlVelAl y agricultor en La Junquera.
Experiencias

Manuel Martínez trabaja desde 1991 con una explotación de 250 hectáreas en agricultura ecológica de almendro, cereal y viña. Una finca que cuenta con un 21 por ciento de pendiente con la pérdida de suelo que eso suponía por las lluvias torrenciales que se producen “Con AlVelAl recuperé la ilusión de recuperar los suelos”. Manuel, trabaja con terrazas de unos 40 centímetros de altura y 7 kilómetros en curvas de nivel; “Cuando llueve el agua se queda ahí y tarda hasta cuatro días en filtrarse, y no se pierde”.
Otras de las técnicas agrícolas regenerativas que ha implementado en su finca es la cubierta vegetal “Hacemos las calles con beza, yero y leguminosas, requiere su manejo, pero ayuda a frenar la erosión”. Así como setos de aromáticas para frenar la erosión eólica con romero tomillo, espliego y retama “Los pusimos para la erosión eólica, pero hemos percibido la importante presencia de polinizadores, al haber menos viento las abejas vuelan más en la finca”. En el caso de la poda, la tritura e incorpora al suelo; además ha cambiad la fertilización orgánica por compost “Hemos percibido un incremento notorio durante los últimos tres años de productividad con árboles de entre 15 y 16 años de Guara, Antoñeta y Marta.”
Técnicas agrícolas que Manuel reconoce no son nuevas “La agricultura regenerativa es la que hacían nuestros abuelos”

Miguel Martínez, por su parte cuenta con una finca tradicional de cereal en Entrredicho, en la zona alta de Caravaca, y desde hace unos años está metiendo arbolado, almendro, nogal y pistacho. En la actualidad cuenta con cubierta vegetal que maneja con ganado en extensivo, labrando solamente en primavera. “Cuando más cuidado hay que tener con las ovejas y los árboles es cuando estos son pequeños y tienen brotes verdes, por los árboles ya crecido no hay problema”. De la misma manera, cada tres o cuatro años incorporan compost al suelo y, en un futuro, espera hacer alguna línea de infiltración en aquellas zonas con pendiente para luchar contra la erosión y permitir que se infiltre mejor el agua.
Miguel Martínez reconoce que entró en agricultura regenerativa porque “Nos pareció que las técnicas son lógicas con lo que pide el terreno”. En la próxima campaña pretenden comenzar a trabajar con abonos verdes, incorporando al suelo Beza y Yero para fijar el nitrógeno “La idea es hacerlo en mitad de las calles para empezar. Llevamos poco tiempo y no dejamos de lrbar de golpe, vamos poco a poco”.

Miguel Ángel Gómez cuenta con más de una década de experiencia como agricultor y reconoce que lo más complicado es cambiar la mentalidad “Mi padre fue el primer detractor de los cambios en la finca”. Miguel Ángel ha apostado por el abono verde, cuando comenzó en AlVelAl él ya llevaba cinco años incorporándolo. Una medida transitoria que reduce el labrado de cinco a dos veces al año. “El labrado es por cultura, el que no labraba era un gandul. El abono verde lleva a labrar cuando se siembra y al incorporarlo”. “Es una técnica que mejora la capacidad de infiltración, aporta materia orgánica y reduce la erosión”.
Este agricultor que, además, forma parte del equipo técnico de AlVelAl reconoce que “Para mí no hay una agricultura ecológica, biodinámica… no existe. Para mi existe una agricultura con sentido común.

Por su parte, Alfonso Chico de Guzmán se enamoró de AlVelAl “Por las sinergias creadas, aprovechar el compartir experiencias”. Alfonso gestiona una finca familiar de 2.000 hectáreas, una parte de monte y otra de cultivo, principalmente almendro y cereal; aunque cuenta con pistacho y otros frutales. Además de las técnicas que ya habían expuesto los demás agricultores, Alfonso cuenta con charcas y líneas de infiltración “Somos una de esas fincas experimentales; las técnicas que no funcionan las repetimos para ver qué no ha funcionado”.
Reconoce que hay técnicas que son muy económicas y otras que no lo son tanto, “Con las charcas hemos recopilado 14 millones de litros de agua de lluvia y ha crecido el nivel freático; ahora mismo no podemos usar esa agua para regar, pero se ha incrementado la biodiversidad, la polinización y se reduce la erosión”. Una técnica para la que, reconoce, no ha echado cuentas reales, pero sospecha que serían muy positivas. Otra técnica utilizada es la cubierta vegetal entre las calles de almendros, “Aún hay que investigar, pero parece interesante. Con franjas de metro y medio pensábamos que podía generar competencia, pero cinco años después los almendros que tienen vegetación están igual de hermosos que los que no.”

Un Agrocafé que ha suscitado un interesante debate sobre el manejo de la cubierta vegetal, del agua de lluvia y el uso de compost.
Destination AlVelAl

Este Agrocafé se ha enmarcado en el proyecto Destination AlVelAl que llevamos a cabo con TUI Care Foundation. Un proyecto para incrementar los ingresos de nuestros agricultores a través del fomento de la agricultura regenerativa; así como el uso y difusión de productos locales a través de la gastronomía y de su comercialización a través de canales cortos que mejoren los ingresos de los agricultores.
Un proyecto que pretende conectar el interior con los centros turísticos de la costa, vendiendo nuestros productos, pero también atrayendo a turistas concienciados con el medioambiente para que puedan ver, in situ, que otra forma de hacer agricultura es posible. Además de degustar el producto local en el territorio y conocer su importante patrimonio gastronómico, artístico y cultura.
“Un proyecto con el que queremos luchar contra el despoblamiento y el cambio climático”, como afirma el coordinador del proyecto Dietmar Roth, a través del asesoramiento a 130 fincas en cuatro años y la comercialización de sus productos a través de cadenas cortas de suministro a los hoteles de la costa.
Poniendo, además, en valor estos productos a través de la gastronomía, asesorando a 60 restaurantes sobre el uso y visibilidad del producto local para que el turista pueda degustar los productos de nuestra tierra en el mismo territorio y descubrir la forma en que se producen, siendo respetuosos con el entorno y regenerando el suelo y el paisaje.