Apasionada por la conservación de la naturaleza desde niña, esta trotamundos, nacida en Puerto Rico pero criada en España, ha recorrido medio mundo en pos de la restauración de ecosistemas y de recuperación de la fauna amenazada de nuestro planeta.

Siempre dedicada a la restauración de procesos naturales y a la recuperación de especies en peligro de extinción, Astrid Vargas entiende la naturaleza de una manera holística. “En la naturaleza todo esta interconectado y en constante movimiento; es un equilibrio dinámico en el cual los seres humanos, como especie de gran impacto en los procesos naturales, juegan un papel central en cualquier proceso de restauración ecológica”.

Esta perspectiva hizo que Astrid se fijase en el modelo 4 Retornos de Commonland. Aceptando la misión de encontrar en España una zona degradada que la Fundación pudiera restaurar a través de este modelo, que incluye aspectos sociales, ecológicos y financieros, así como aspectos de inspiración, como fórmula para la restauración a gran escala de paisajes degradados.

Fue su amigo Paco Casero quien le habló del altiplano granadino-almeriense por primera vez. Presentándole a Cristóbal Aránega e invitando a Commonland a evaluar la posibilidad de establecer un proyecto “4 retornos” en el altiplano estepario. “Visité por primera vez el territorio con mi compañero de trabajo Michiel De Man y vimos que la zona cumplía con todos los requisitos que buscaba Commonland: Un área amplia y degradada en la Cuenca Mediterránea, un caso de negocio con gran potencial restaurativo (el almendro de secano) y, sobretodo, la gran calidad humana de la gente del lugar que ya estaban liderando un proceso de transformación hacia otro tipo de agricultura más amable con el medioambiente.”

Tras dirigir programas asociados a la recuperación del Turón de Patas Negras en Norte América, el Sifaka de Corona Dorada en Madagascar y el Lince Ibérico en España –tres especies en peligro crítico de extinción— Astrid decidió enfocar su energía hacia la restauración de ecosistemas. En la actualidad participa en distintos proyectos internacionales de conservación y restauración ecológica. De ese modo colabora con la organización Tompkins Conservation en la creación de parques nacionales en Sudamérica, asesora a distintas organizaciones en temas de restauración del medio natural, y participa en la regeneración del altiplano estepario siguiendo el modelo de los 4 Retornos de Commonland.

Aunque Astrid reside en Holanda, buena parte de su corazón reside en AlVelAl. En el 2014, comenzó poniendo los cimientos de lo que hoy es AlVelAl junto a líderes del proceso de cambio en este territorio. Desde 2016 su labor se dirigió hacia el Retorno de la Inspiración en AlVelAl. El cometido supone encontrar, a través del arte, la cultura, la agricultura regenerativa y la restauración ecológica (de suelos, agua y biodiversidad), modos que ayuden a generar autoestima, esperanza, e “inspiración para la acción” en las personas que habitan en el altiplano estepario. “Me encantan los desafíos complejos. En el modelo de Commonland uno de los 4 Retornos es el de la inspiración, pero es necesario darle forma concreta a este retorno desarrollando proyectos concretos que ensalcen los valores culturales y ambientales del territorio, ayudando de ese modo a promover el orgullo local.”

Las pasiones de Astrid siguen siendo la naturaleza y las personas. “Siempre me ha apasionado la naturaleza y siempre me ha encantado tratar con gente. Desde que tenía 6 años, gracias a un libro que me regalaron, decidí que lo que quería hacer en mi vida era trabajar para y por la naturaleza, y mi carrera profesional siempre ha involucrado coordinar el trabajo de equipos humanos dedicados a la recuperación de especies amenazadas o a la regeneración de ecosistemas degradados”.

La motivación inicial de Astrid en AlVelAl fue probar que funciona el modelo 4 Retornos, 3 Zonas, 20 Años de Commonland. A esta iniciativa se ha sumado – y se sigue sumando– mucha gente del territorio. Para ella AlVelAl “es un desafío emocionante. Supone el desarrollo de un modelo de regeneración eco-social que puede servir de referente para otras áreas degradadas de la cuenca mediterránea. Supone la posibilidad de hacer realidad una visión que tiene gran potencial para mejorar la vida en el planeta, tanto para las personas como para la naturaleza no-humana”, y añade, “Uno llega a AlVelAl y no tarda lo más mínimo en encariñarse con las buenas genes del territorio. Inmediatamente, uno desea ayudar a traer prosperidad”.