Los tipos de polinización, de plantas o de polinizadores, las horas de frío y de sol, el viento, la humedad o la lluvia; son factores a tener en cuenta a la hora de planificar los cultivos.
La mecanización de la agricultura en los últimos años ha hecho que nos separemos de la naturaleza, llevándonos a utilizar productos químicos y herramientas artificiales para situaciones que antes se solventaban con la propia naturaleza. Una agricultura insostenible en el tiempo que debemos replantear si pretendemos recuperar y preservar los ecosistemas.

La naturaleza tiene soluciones para todo, pero para ello necesitamos de ecosistemas complejos que simplificamos a la hora de hacer agroecosistemas, por lo que resulta crucial para nuestros cultivos sostenibles entender las relaciones que hay entre todos los seres vivos que conforman una comunidad y planificar adecuadamente con el objetivo de apoyar el funcionamiento natural de nuestro entorno.
La polinización es una de esas relaciones que se generan en nuestros agroecosistemas, una relación que favorece a nuestros cultivos y para lo que es necesario conocer qué factores naturales influyen en ella, así como los tipos de polinización existentes. Factores como el tipo de planta, el tipo de transporte, las horas de frío, tiempo de floración, orientación, temperatura, horas de sol, viento, lluvia, humedad…
Elementos que condicionan la polinización y que se deben tener en cuenta para poder planificar una plantación de manera adecuada y obtener si buscamos la eficiencia de nuestros cultivos. De la misma manera, es recomendable contar con una amplia variedad debido a que ningún año es igual que otro y estamos condicionados por una amplia variedad de estímulos a los que las plantas reaccionan.
Polinización
La polinización es la reproducción de las plantas, la forma en que estas se preservan, a través del transporte de los granos de polen hasta la parte femenina de la flor. Un transporte que es importante conocer cómo se produce dado que en cada cultivo es diferente.
Y es que, cada planta tiene unas características diferentes que condicionan esta reproducción. Las criptógamas, por ejemplo, carecen de semilla mientras que las fanerógamas pueden ser de dos tipos, angiospermas y gimnospermas. Las primeras cuentan con semillas protegidas por una cáscara, entre las que encontramos algunos de los principales cultivos de nuestro territorio como el almendro o los cerezos; en este caso el olor de las flores es importante, ya que el néctar y compuestos alifáticos que generan atraen a los polinizadores de un importante número de metros alrededor. Las segundas son aquellas que tienen semillas sin frutos, es el caso de los pinos presentes en nuestras zonas naturales que necesitan el viento para polinizarse en los que las flores masculinas están en la parte superior y más expuestas a este y al moverlo el polen cubre la parte más baja polinizando las flores femeninas.
La polinización también se ve condicionada por el tipo de agente polinizador, viento, agua, insectos, pájaros o murciélagos. Las que podemos encontrar en el territorio AlVelAl son las plantas anemófilas, aquellas como los olivos, cipreses, siembras o gramíneas que se polinizan por el viento y las flores masculinas requieren de una alta liberación de polen; y las entomófilas que son aquellas polinizadas por insectos de todo tipo como es el caso de las lavandas, almendros y muchas ortícolas. En este sentido, ha advertido Bautista, es importante no promocionar solamente las abejas melíferas, ya que estas pueden ejercer un impacto negativo en el ecosistema al generar presión sobre otros insectos matando de hambre a estos y a las plantas que viven gracias a estos.
En cuanto a los tipos de polinización, ha explicado Bautista, que la polinización cruzada, aquella en que se da el transporte de polen de una planta a otra es necesario cuando ambos sexos no se encuentran en la misma planta o en algunas variedades de almendro que son autoincompatibles. Una polinización condicionada por factores externos, por lo que requiere del apoyo de un amplio abanico de polinizadores y no sólo de abejas domésticas, cuyo trabajo depende de la temperatura, horas de sol, viento, etc.
Por su parte, la autopolinización o polinización directa se da en las plantas en las que la propia flor puede fecundarse a sí misma. Mientras la polinización dirigida es aquella en que agricultor y apicultor se aúnan para obtener resultados para ambas actividades, miel para el apicultor y una buena polinización para el productor. Una alianza que requiere del conocimiento de todos los factores que influyen en el cultivo y una buena planificación del mismo por parte del agricultor, así como una carga adecuada por parte del apicultor.
Tipos de flores
“La naturaleza no gasta energía en algo inútil”, ha resaltado Fernando Bautista, responsable del área de zonas naturales de AlVelAl, “Cualquier cosa que se vea en cualquier ser vivo tiene su función, que no la entendamos nosotros es otra cosa”. Por ello, durante el taller de polinización impartido en este curso 2022, se ha explicado a los asistentes la importancia de observar la naturaleza y conocer la forma de polinización en función de la forma de las flores.
Así, aquellas que no tienen flores poco llamativas suelen polinizarse a través del viento o el agua, mientras que aquellas que tienen corola, requieren de insectos para su reproducción. Con estas últimas, el romero en las zonas de las lindes es estupendo, ya que favorece la presencia de polinizadores. Otra clasificación de plantas es la que atiende a la presencia de flores masculinas y/o femeninas en la planta, Así pues, las plantas dioicas, tienen flores macho y hembras en distintos pies de la planta como es el caso del pistacho; plantas monoicas, con flores de ambos sexos como los pinos y cipreses; y hermafroditas, que en la misma flor tiene ambos sexos, como son los olivos, cerezo o almendros.
Polinización en almendros
En el caso del cultivo de almendro, hay que tener en cuenta la variedad de almendro y cómo se poliniza, ya que cada una es distinta. Factores que se suman a muchos otros como el número de horas de frío para que no se pare la savia, las necesidades de la planta para que estén cubiertas y no provoquen aborto de las flores, la estructura de estas para que no se genere autoincompatibilidad mecánica… Por lo que a la hora de elegir las variedades es recomendable conocer estos factores para buscar variedades compatibles, que florezcan al mismo tiempo para favorecer la transferencia de polen, o que sean autofértiles.
Un cultivo, el del almendro, que cuenta con una importante cohorte de polinizadores silvestres como las chinches, dipteros, coleópteros, o las mariposas, por ejemplo. Animales que, en muchos casos, se refugian en el suelo para la cría por lo que la reducción de la labranza ayuda a conservar sus hábitats. Durante el taller, no sólo se han explicado estos conceptos tan necesarios a la hora de planificar bien los cultivos, también se han resuelto las dudas expuestas en una jornada que ha contado con la participación activa de los asistentes.